Redacción.- No fue la semana del Pachuca. Ni en lo mediático, ni en lo deportivo. Lo ganaba Tuzos con un bombazo de Gutiérrez, pero Monarcas no se achicó y logró darlo vuelta en un territorio habitualmente hostil. El Tuzogate canario.
Morelia se enciende en el torneo. Llegó a 10 puntos. A estas alturas el semestre pasado apenas se sumaban tres unidades. Segundo triunfo consecutivo. Ante un rival que presume de paternidad. ¿Un plus? Ruidíaz hizo gol, el del triunfo.
No todo fue color de rosa. No al principio. Iban apenas 19 minutos cuando Erick Gutiérrez reventó con rencor el balón. Un zurdazo teledirigido a la red. Nada podía hacer Sosa, quien se lanzó para adornar la jugada.
Morelia reaccionó. Millar y Osuna espabilaron en el medio campo tras un inicio incierto y de a poco acercaron la pelota al área de Blanco.
El empate llegó al 39 en jugada a balón parado. El cobro fue afuerita del área, por el vértice derecho. Valdés y Osuna se perfilaron para ejecutar. El chileno algo le dijo al ‘Mono’, quien asintió y lanzó su cobro con comba hacia adentro a primer poste, donde Carlos Guzmán anticipó con un remate de cabeza cruzado al ángulo más lejano. A lo Borgetti.
Empatados se fueron al descanso, pero antes, Pachuca sufrió la expulsión de ‘Burrito’ Hernández, quien maltrató a Ruidíaz en el suelo.
Por segundo partido consecutivo Monarcas se quedó con un hombre más y le volvió a sacar provecho.
Cuando mejor jugaban los michoacanos, generaron una inteligente acción colectiva que terminó en el segundo gol. Gerardo Rodríguez fue el que metió la cuota de talento, con un pase de zurda, que desde la línea izquierda rodeó la espalda de toda la zaga hidalguense. Detrás de todos cerró Gastón Lezcano, para amortiguar con el pecho y definir a segundo poste.
Pachuca no claudicó y empató con un golazo de Keisuke Honda. El japonés le pegó desde 35 metros de distancia en tiro libre y aunque el balón llevaba mucha potencia, Sebastián Sosa pudo hacer algo más para evitar la anotación.
El empate no le gustaba a Roberto Hernández, quien prescindió de Osuna en la contención para meter a Vilchis. Monarcas recordó que tenía un hombre más e inclinó la cancha. Subió el volumen de su juego y encontró la marcación de un penalti a favor presumiblemente inexistente que Raúl Ruidíaz ejecutó pegado al poste para reivindicarse como cobrador de penaltis y poner el segundo de su cuenta individual en el Clausura.
Pachuca quedó golpeado en un momento en el que necesitaba del triunfo para sacudir un impacto de pantalón largo sufrido a media semana. Pero no se pudo. Monarcas metió su propio Tuzogate.