Cuando uno nace no escoge a la familia, ellos vienen “por de faul”, te eligen a qué preescolar asistir, qué ropa vestirte y hasta qué programa de televisión verás, entre otras cosas.
Lo que sí se puede elegir son las amistades, los gustos musicales y por supuesto tu equipo de futbol.
Y hablando de eso, de futbol, yo elegí a Monarcas Morelia (dejémoslo en Morelia), para ser mi compañero de vida, porque eso es un equipo de futbol, un compañero de vida.
Lo vi en aquella semifinal de 1997 contra Chivas y dije “este es”, a pesar de la derrota y eliminación, me encantó el equipo y ver cómo la familia se reunía para verlo.
No sabía lo feliz que sería amando al rojo y amarillo, y lo decepcionante que es pertenecer a Grupo Salinas.
Viví aquella eliminación en “repechaje” contra Pachuca con gol de Marcelino Bernal, mis 10 años de edad no entendían que no pasaba nada, que el equipo seguiría intentándolo, ese medio día fue de llanto total.
El 2000 llegó y con él, el mejor día de mi vida aquel 16 de diciembre del 2000 ??
Mi amor ❤️? por el equipo era cada día más grande como el amor de los dueños con el equipo y la afición, el 2002 y 2003 de ensueño, copa libertadores, finales de liga y concacaf, no ganamos nada, pero éramos felices, había un compromiso por parte de directiva y afición, compromiso que los primeros han ido fallando.
Se fue Gustavo Guzmán de Monarcas Morelia, compran al Atlas, cosa que vino a perjudicarnos, como sabemos, lo poco bueno que hay en Morelia se vende y el dinero recaudado es inyectado al Atlas, tuvimos 3 años futbolísticos para el olvido, tan así, que estuvimos 5 minutos en liga de ascenso, ¿y saben qué? La afición estuvo apoyando como nunca, más que en liguilla, más que en final, la afición pintó el morelos y la ciudad entera.
Nos salvamos, con el ánimo a tope en vez de seguir buscando el ansiado campeonato, nos desmantelan poco a poco nuevamente, los dueños nos hacen menos, la directiva NO valora el esfuerzo de su afición, culpa a otros factores el no traer refuerzos, culpan a todos menos a ellos y su incapacidad de hacer bien las cosas.
Hoy más que nunca está claro que Morelia no es prioridad para los dueños y directivos, que mantener la categoría y ser un equipo de relleno es misión cumplida.
Un día una persona me dijo: “Ser de Morelia es generacional, por ejemplo, mi papá vio el ascenso, yo disfruté el campeonato, a ver que le toca ver a mi hijo”, lo mejor que le puede pasar a nuestro equipo es que sea comprado por alguien que por lo menos tenga el interés de pelear algo importante y de traer refuerzos de calidad, nosotros, la afición, estamos habidos de volver a nuestra identidad, y de ver un equipo lleno de garra.
(Texto de @Cesár Carranza)
