Redacción.- Morelia se partió en dos. Por culpa de un rayo. Y por culpa de sí mismo también. Perdió 2 – 3 un partido que ganaba 2 – 0 al descanso y acumuló tres jornadas sin sumar, mientras otros equipos se afianzan en la zona de liguilla.
Hay derrotas que más que entenderse, se sufren. Esta noche se dio una de ellas para Morelia, que dominó al grado de tomar dos goles de ventaja que bien pudieron ser tres.
Pasa que Memo Vázquez es un estratega que explotó al máximo los 15 minutos del medio tiempo para acomodar un equipo que había sido superado en el lapso inicial.
Pablo Guede se animó a poner a Gabriel Achilier en el banco en el partido en el que más se requería se solvencia aérea, una de las virtudes que aún conserva el ecuatoriano y el joven que entró en su lugar, Mario Trejo, perdió ante Mauro Quiroga, figura determinante para el resultado.
Pero eso fue en el segundo tiempo. En el primero, Morelia fue mejor. Seguro atrás, con solvencia en la zaga y con creación por los costados, donde se generaron ambos goles.
Por sector izquierdo en relación al ataque, Monarcas fue mejor y más generoso en la generación de futbol ofensivo. Por ahí llegó ‘El Quick’ Mendoza para tirar un centro precioso que Eduardo del Ángel cabeceó directo a la red para adelantar a unos rojiamarillos hambrientos de puntos.
No hubo reacción pronta necaxista y al 44′, Edison Flores mandó a guardar un gran servicio de Lezcano por izquierda. Morelia se fue con dos de ventaja al descanso y Hugo González evitó un tercero, ante disparo de Lezcano.
En el medio tiempo la descarga eléctrica llegó, porque Monarcas dejó de dominar en el complemento. El equipo de Necaxa replanteó su partido, se adueñó de la pelota, fue propositivo, peligroso y dañino.
Con dos centros al área, Mauro Quiroga lo empató con par de cabezazos y ya sobre el final, Felipe Gallegos asestó un zurdazo brutal inalcanzable para Sosa.
Morelia hizo méritos para al menos llevarse el empate, pero Necaxa fue calculador. Exquisito ladrón de puntos y de ilusiones en el Morelos.
La luna de miel con Guede ya es historia. La realidad es que al equipo se le acabó el margen de error y que para clasificar a la liguilla, habrá que ganar, ganar y volver a ganar.
(Fotos: Diego Murat Toro)