Redacción.- Algo tienen esos viejos que no importa nada. Verlos con la rojiamarilla sobre el césped causa un efecto inmediato de enamoramiento. Se paraliza el entorno. La mirada y la atención en pleno se clavan en ellos y el sentimiento provoca que se erice la piel.
Eso que tienen esos viejos es clase y entrega. La pusieron al servicio de esta afición en su etapa como jugadores y gustosos la regalan en partidos como el que este domingo se vivió en el mítico Venustiano Carranza. “La cátedral del futbol moreliano”, como la llamó Juan ‘Che Che’ Hernández, visitante americanista en la gala nostálgica entre Leyendas del Morelia y del América.
Viajar en el tiempo es posible. Recuperar la alegría de antaño también. El viejo Venustiano Carranza, aún con sus aros olímpicos coloridos e imponentes, volvió a ser el de los ochentas. En el campo y en la grada. Esa mística, esa vibra especial que solo ahí se siente, renació ayer.

Fue un reencuentro generoso. En el que conmovió ver al ‘Monchito’ Villalón sentado en primera fila, con los colores bien puestos y bien atento del partido. Conmovió igual ver a Félix Madrigal preparando en el calentamiento a su hijo Junior, titular en el once Canario. Conmovió ver a Figueroa con su brillo eterno. Conmovió ver a Claudinho hacer lo de Claudinho. Un par de goles. Y festejarlo con la tribuna. Conmovió corroborar la clase magistral con la que Mario Díaz acaricia la pelota en medio campo. Conmovió ver al ‘Mudo’ casi hacer un golazo de 35 metros. Conmovió ver a Ricardo Campos metiendo leña. Conmovió ver al ‘Comandante’ Hernández llegar a línea de fondo para meter centros. Conmovíó ver a Heriberto Ramón Morales compartiendo banca con su padre y verlo entrar a liderar la defensa. Conmovió ver al que siempre está, Carlos Adrián Morales, ‘El Eterno’ haciendo suya la pradera izquierda. Conmovió ver a Horacio Rocha con su picardía intacta. Conmovió ver a Aldo Leao Ramírez disfrutar y repartir el pastel en la creación. Conmovió ver a los más jóvenes como Mancilla, Gastelum, Adrián García Arias, ‘Tripa’ Pérez, tan enchufados. Conmovió ver al ‘Pípila’ y Fraga reencontrarse con su casa…

Con el Juan Colorado y la banda de viento en pleno taca – taca todo el partido. Los más de 6 mil aficionados presentes disfrutaron de un domingo de antaño. Con el común denominador de las sonrisas en sus rostros.
Los del América pusieron lo suyo. El rival más odiado, con jugadores que la mueven y la mueven bien. ‘El Matador’ Hernández demostró que no solo sirve para hacer Tik Toks. Metió dos goles y fue una pesadilla para la defensa moreliana. ‘Torito’ Silva hizo el restante para los azulcremas, mientras que en las leyendas rojimarillas, además del doblete de ‘Claudinho’, Carlos Ambriz (hijo de Jacinto Ambriz) se hizo presente con el del empate.
Algo tienen esos viejos. Que siguen levantando emociones. Es futbol. Y amor por los colores y la ciudad. Eso tienen. Algo que tardará décadas, quizá siglos, o quizá nunca en llegar a Mazatlán.
