(Por: El Señor La Porta / @elsrlaporta).
Hoy Ángel Malagón tiene un reto importante, ya que el jueves la Selección Mexicana debuta en los Juegos Olímpicos Tokio 2020 y, aunque no parece que será el titular por tener a Guillermo Ochoa enfrente, esto es futbol y nunca se sabe qué deparará el destino.
La cuestión es que Malagón Velázquez viene de orígenes humildes, nacido en Zamora. Creció en un ambiente donde, si bien no había mucho, sus padres lo dieron todo por él y sus hermanos.
La cosa es que a veces toca decidir ‘unas por otras’ dirían por ahí y es que el joven arquero tuvo que hacer un sacrificio que -seguramente- de niño le pesó, vender su PlayStation para poder ingresar en la Escuela de Futbol de Rafael Márquez, pero más allá del peso de aquella decisión, eran mayores grandes los sueños y el anhelo de ser como su ídolo, el tipo que portaba el dorsal número 1 en la espalda y defendía al Guadalajara.
Historias como del zamorano las hay de sobra, desde su baja de Santos Laguna por indisciplina, el casi ahogarse en una concentración de Monarcas pero lo más importante es que fue capaz de sobreponerse a todos los obstáculos y decir con orgullo que aquél pequeño niño de una humilde colonia en Zamora hoy está en Tokio en la Villa Olímpica y que eso, es un privilegio que muy pocos atletas durante su carrera lo consiguen.
A sus 24 años de edad, Ángel Malagón parece que tiene mucho techo en su carrera pero todo dependerá de él y lo que haga entre los tres palos.