Caer ante Cruz Azul significó quedar a la deriva. Depender de otros. Porque lo propio no fue suficiente para dar el siguiente paso.
Con intenciones no basta. Con discursos tampoco. Morelia se vio impotente ante el líder del certamen. Un Cruz Azul ordenado a ultranza y con punch arriba. Así es el equipo de Caixinha. Inerte a la necesidad michoacana.
Morelia aún no está eliminado porque sus 25 puntos no son malos, pero parecen no alcanzar. Será un sábado largo. A las 17:00 Querétaro recibe al Necaxa. Si el Gallo canta y vence, chau Morelia. Si a las 19:00 Monarcas sigue vivo porque Necaxa robó puntos en La Corregidora, en Pachuca se define la historia. Tuzos recibe a León en duelo de…. hermanos y si los de la Bella Airosa ganan, terminó el Apertura para los rojiamarillos.
La de Morelia parece la crónica de una muerte anunciada. Pero sus seguidores, los más fieles y creyentes, seguro van a prender la veladora y a beber cerveza hasta que el consciente se nuble y en el inconsciente la hazaña sea posible.
Pero aquí cabe la pregunta. Con el nivel mostrado ante Cruz Azul, ¿es justificado aferrarse a la vida? Claro, es futbol y “la esperanza es lo último que muere”. Pero, ¿vale la pena llegar a la liguilla?
El aficionado tiene la última palabra. ¿Aferrarse o soltar? ¿Qué hará la afición de Monarcas en las horas previas a saber el desenlace de esta historia?
Texto: Marco Malvido