Redacción.- Antes de ser figura en Morelia, Carlos Morales, tuvo un momento brillante en Reboceros de La Piedad, equipo que lo catapultó en aquel entonces al Atlético Morelia y al que siguió durante toda su infancia y adolescencia.
“Yo de chico crecí viendo a Reboceros de La Piedad. Tanto un tío materno, como un tío paterno, jugaron en Reboceros y desde muy pequeño me inculcaron a este equipo”, la frase es del ‘Eterno 28’, quien en un repaso de su carrera en ‘Platicando con La Porta’ habló sobre sus orígenes.
“En Segunda División, ahí jugaba un tío, hermano de mi papá, que le pegaba muy bien con ambas piernas. Fue como yo crecí, viendo y disfrutando de La Piedad, en la década de los ochentas. Empecé con los colores, amarillo y azul”.
Luego de ser aficionado de Reboceros, cumplió el sueño de jugar para ese equipo y narró cómo se dio su llegada al equipo de La Piedad: “Antes en México había un torneo que se llamaba Benito Juárez, a nivel nacional, en la secundaria. Un entrenador de Toluca, Gustavo Calderón, hace la selección, me ve jugar en la secundaria, me invita al Torneo Benito Juárez, no nos va nada bien, pero regresando, le invitan al Profe a tomar las riendas del Deportivo Cabadas de Tercera División, es donde empieza la era profesional de un servidor, a los 14, 15 años. Jugando en Zona Bajío, jugando contra Aguacateros de Uruapan, contra Lázaro Cárdenas, Apátzingan, Abasolo, Pénjamo”.
“Duré un año en Tercera División, después me invitan a Reboceros, a los 16 años, estaba de entrenador Saldívar (QEPD), un DT de León. En 97, 98 me consolido como titular, con Nacho Martinez, es el que me da la confianza y la libertad”.
Aquí Morales narra aquel fabuloso 1998 para La Piedad, donde en Segunda División brillaron ante grandes equipos. “Después viene ese año increíble en 98, nos va bien, calificamos a liguilla, eliminamos a Curtidores, nos enfrentamos a Saltillo, que era un equipazo, con Ramón Morales (su hermano), Sinha, Oscar Dautt, era filial de Monterrey y nosotros damos el campanazo, los eliminamos. Nos enfrentamos a Zacatepec con un Armando Venegas, que es de La Piedad, con Leonel Godoy, un argentino, contención, fue una eliminatoria complicada, quedamos fuera, pero fue muy pareja”.
Aquella experiencia en Reboceros le abrió la posibilidad de ser considerado por Morelia, donde ya todos conocemos la historia: “Termina ese torneo, a los tres días me hablan de La Piedad y me dicen Carlos, acabas de ser traspasado al Atlético Morelia y así es como empieza la historia de un servidor en el Morelia. Yo estaba con mi esposa y Alfonso Martínez, directivo de La Piedad, me llamo y me presenté en las oficinas del Morelia”.