Texto: Marco Malvido / @Marco Malvido
Me había tomado dos cervezas y la vejiga no perdonó. Me tuve que parar al baño muy a mi pesar y cuando experimentaba ese placentero momento de mear… ¡GOOOOOOOL! El estrenduoso festejo me hizo saber que me perdí el del empate.
‘Chingada Madre’. ‘Otra vez’. Dijo un señor que estaba dos mingitorios al lado. ‘En el de Ida también me agarró meando el primer gol de Flores’.
Jajajaja. Reímos todos los que hacíamos pipí.
‘No hay pedo’. ‘Aquí nos quedamos con tal de que anoten otro gol’. Dijo quien orinaba justo a mi lado. Todos volvimos a reír.

Cuando por fin terminé de orinar y pude salir del baño para regresar a la isla principal de Plaza Modelo, donde la #FarraMonarca la rompió, mi sorpresa fue ver que quien hizo el gol fue Miguel Sansores. Minutos antes había posteado en FB ‘A la cancha el 27 con la encomienda de resolverlo’.

El yucateco podrá no ser el más hábil, el más rápido o el delantero con el mejor promedio de gol. Pero si algo tiene son huevos y una enorme cabeza que le sirve para ser uno de los mejores rematadores mexicanos con la testa en Liga.
Su gol fue un golazo. Por la plasticidad, la técnica y la fuerza en el remate, que se incrustó del otro lado de la portería en relación a su remate.
Once minutos tenía en la cancha cuando hizo el gol de su vida, por la forma, pero sobre todo, por lo que le significó al equipo.
Yo estaba en el baño y no lo pude gritar en vivo. Pero me dio muchísimo gusto que ese gol haya sido de Miguel. Un jugador que es respetado por sus compañeros y por cada director técnico que lo ha dirigido, porque siempre lo han mantenido en el plantel y muchos ahora ya saben porque.