No hay nada que perder. No se juega un Ascenso. Sí un prestigio.
El estilo es fundamental para obtener y mantener ese prestigio. La afición del Atlético Morelia no quiere ver a un equipo conservador, que cuando tiene ventajas, hace cambios defensivos y recula para mantener la diferencia. No. Esta gente quiere ver a un equipo que juegue alegre. Que ataque. Que no tenga miedo.
A media semana en Mérida. Valiño pudo quitarse ese miedo de perder la ventaja. Por fin. A diferencia de partidos anteriores, Morelia no metió cambios defensivos y no renunció a la búsqueda del arco rival. No ganó por más goles porque no quiso. Y no sufrió casi en defensa.
Se vio una versión totalmente diferente a la que en duelos pasados, tiraba el camión atrás, como se dice en el argot.
Valiño tiene jugadores – titulares y variantes – para mantener ese sello durante lo que resta del torneo y por supuesto en la liguilla, donde debería de jugar más suelto, a como lo ha hecho en las liguillas anteriores. Basta recordar que en la final pasada, el medroso planteamiento en la Ida vs. Tepatitlán, cobró una factura muy alta.
Morelia juega sin miedo regularmente cuando el marcador está igualado. Se le reconoce a Valiño que siempre que hay paridad en el resultado, suele ser el primero en apostar por desnivelarlo.
El problema viene (o venía), cuando ya se conseguía ventaja.
Ese es el miedo que hay perder. El de jugar al ataque sin importar el marcador. La gente reconocerá más el estilo, que el resultado, mientras no haya Ascenso de por medio.
Es sin miedo al éxito.
(Por: Marco Malvido / @MarcoMalvido).