Lunes por la mañana. A nadie le gusta comenzar la semana con el pie izquierdo, con esa sensación de derrota, de no haber reaccionado a tiempo.
Queda la resaca y la sorpresa del partido de anoche y para eso no hay café, ni panacea que alivie. Pero arre, la vida sigue. Todos los días son una nueva oportunidad para hacer mejor las cosas. No se puede medir al equipo por un partido, pero sí deja una mala imagen de cara al inicio del torneo.
Tampoco vamos a hundir la cabeza en la tierra para ocultarnos, aquí damos la cara. En las buenas, en las malas y en las peores, ¿o no? solo que alguien por favor le avise a nuestros jugadores que ya comenzó el torneo. Lo de ayer fue cómo jugar con el control de la play desconectado. Si bien no es una catástrofe, es inaceptable y hay mucho por trabajar.
Retomando las palabras de Carlos Adrián Morales que señalan la desconcentración de los jugadores, no es la primera vez que se nota la falta de enfoque en el equipo. Cuando se jugó la primera final del Guard1anes Clausura 2021 contra Tepatitlán, los jugadores del Morelia ya se veían campeones. ¿Qué pasó? Se regaló el partido de ida y en el de vuelta se empató en los últimos minutos, por consiguiente, nos fuimos con las manos vacías. Un año después, en el Campeón de Campeones contra Atlante, venían de alzar el título, era casi de trámite el partido. ¿Qué pasó? Se ganó la ida, se perdió la vuelta en casa y luego en penales. La soberbia tiene un alto precio.
Si no se va ganar siempre, el Atletico Morelia, en este invento de liga sí está obligado a ser protagonista o al menos, a no ser exhibido. Apertura 2023 será un torneo corto, solo quedaron 15 equipos y aún restan 14 fechas. Habrá que cambiar pronto de página, tener paciencia, pero sin dejar de exigir.
“Ser espectaculares”, es el discurso de Higuera. Sin embargo, acá trabajamos desde la humildad, no somos el Real Madrid de la Liga de Expansión, también tenemos el derecho de perder y levantarnos.
(Por: Alfredo Garcidueñas).