Redacción.- Esta es la historia de un amor rojiamarillo. La de Adolfo Gaona Orozco con el Morelia.
El hombre que el sábado se hizo viral por apoyar al Atlético Morelia desde la barda perimetral del estadio Morelos, es un enamorado del Canario desde sus siete años de edad y durante un par de años fue utilero del del primer equipo, allá por 1998.
“Yo soy un enamorado de estos colores desde que tengo memoria. Fui a apoyar al equipo con mi familia al Venustiano Carranza en Segunda División, seguí apoyando siempre hasta la fecha y tuve la fortuna de trabajar como utilero del primer equipo y en Fuerzas Básicas entre 1998 y 2003”, narra Adolfo para Ecos del Quinceo.
“Fueron grandes vivencias. Algo increíble. El equipo de mis amores y poder haber trabajado ahí. Fue algo inolvidable. Muy buena persona el señor Tomás Boy, que le tengo un agradecimiento enorme. Desfilaron mucho jugadores que tuve el gusto de conocer y con muchos sigo en contacto”.
De aquella experiencia en la intimidad del Morelia, Adolfo recuerda con cariño especial a algunos jugadores por su calidad humana: “Que yo veía que eran muy humanos, te puedo hablar de Ariel Grazziani, Flavio Davino, Darío Franco, él siempre estuvo muy atento de que a nosotros no nos faltara nada, que estuviéramos bien. El señor Claudinho también muy atento; Antonio Carlos Santos también muy buena onda”.
Con el paso de los años, su pasión por los colores ha aumentado. El año pasado lloró en el momento de la mudanza de Monarcas al ver que sacaban las cosas del estadio y en la actualidad apoya con la misma emoción al Atlético Morelia en Liga Expansión MX.
“Nos arrancaron un pedazo de nuestra vida, fue un dolor muy fuerte, pero ahora apoyamos con todo en esa nueva etapa”.
Y ese apoyo ya trascendió. El sábado pasado llevaba a uno de sus hijos a enseñarse a conducir y en ese momento, se le ocurrió pasar por el estadio Morelos para manifestar su apoyo al equipo, sin importar que el partido fuese a puerta cerrada.
“Quería ondear la bandera para que al menos me pudieran ver los jugadores y ellos sintieran el apoyo. Empecé a echar porras, porque me nace del corazón y quería que escucharan y vieran, para que los jugadores sepan que aunque fuera una persona, pero el apoyo ahí está. El gol no lo pude ver pero cuando vi que los jugadores corrieron a festejar, dije ‘fue Gol’ y me puse a gritar yo”.
Esa es la historia detrás del hombre que ondeó la bandera rojiamarilla detrás de la barda. Quien un día estuvo en la intimidad del equipo y hoy sin importar nada, vuelve a alentar.