Redacción.- Atlético Morelia supo resistir al daño provocado a sí mismo. Rescató el empate 1 – 1 gracias al coraje de nueve valientes que soportaron dos ausencias que el Atlante solo supo aprovechar a medias. La semifinal está viva. El sábado serán 11 vs 11 otra vez y el Canario necesita ganar para avanzar a la contienda definitiva por el título.
Fue un partido digno de semifinal. Al menos en actitud. Todos los jugadores que tuvieron participación se rompieron el alma. Tanto que Ulises Zurita y Luis Ernesto Pérez sufrieron un exceso de adrenalina que provocó en ambos casos, expulsiones que condicionaron el guión del partido en contra de los rojiamarillos.
Los primeros 20 minutos fueron del Atlante. Los capitalinos salieron más intensos, con mejor recuperación en medio campo e intenciones más claras, pero sin generación de peligro.
Morelia tardó poco más de veinte minutos en despertar, pero cuando lo hizo, fue en serio. Todo comenzó con una gran jugada de Luis Ernesto Pérez, que entró al área con una jugada de fantasía, un rehilete a lo Zidane, con el que burló la marcar de dos defensas. Cuando salió un tercer marcador, lo derribó, en una acción que el juez central Axel Meza decidió no marcar como penalti.
A partir de esa acción, Morelia le quitó la pelota al Atlante y tuvo una ráfaga de un par de llegadas que terminaron en el gol de Tamay. Con una dosis de fortuna, un pase que Zurita buscaba hacia el centro del campo, rebotó en un defensa azulgrana y se convirtió en una perfecta habilitación para Gustavo Ramírez, quien convierte cualquier balón en oro. El paraguayo no desaprovechó la acción, eludió al ‘Gansito’ Hernández en el achique y casi sin ángulo metió un tiro – centro que encontró la pierna de Alfonso Tamay, cuyo mérito fue seguir siempre la jugada, para adelantar a los michoacanos.
Después del gol, Morelia dominó las acciones por un lapso de veinte minutos, en los que estuvo cerca de facturar una segunda anotación. La más cercana, fue en un espectacular remate de tijera de Gustavo Ramírez desde linderos del área, que se fue apenas afuera de la puerta de Hernández.
El juego se jugaba al ritmo y en el modo que Morelia quería, hasta que al minuto 44, Zurita se desconcentró y le dejó la pierna arriba a González, en acción que el árbitro interpretó como la segunda amarilla del lateral derecho ‘Canario’, quien se tuvo que ir antes a las regaderas.
Atlante cerró el primer tiempo merodeando la portería del ‘Rifle’ Núñez y Valiño respondió con el ingreso de Loeschbor, en lugar de Tamay, quien había desequilibrado siempre que tenía la pelota.
Para el segundo tiempo la suerte estaba echada. Atlante, en contra en el marcador, pero con un jugador más tomó la iniciativa. Morelia le cedió terreno pero se defendió bien, sin conceder espacios, hasta una descoordinación defensiva que costó el empate al 65′. Víctor Milke tardó un poco en salir en línea, habilitó a Rolando González, quien mandó a guardar un pase filtrado inteligente de Ronaldo González para empatar el marcador.
Morelia resistió, no concedió más opciones, salvo un remate de cabeza que Moragrega no concretó ya muy cerca del área chica.
A falta de diez minutos para el final, Luis Ernesto Pérez desatendió toda su experiencia y metió un codazo en el rostro de un rival en campo del oponente, que el árbitro no perdonó. Segunda expulsión y una baja importante para la vuelta.
Con dos hombres menos, Morelia se dedicó a salvar el empate y lo logró. Atlante no aprovechó su momento en la serie y el sábado volverán a ser once contra once.
Morelia tiene que ganar en el Estadio de Ciudad de los Deportes para llegar a la Final y luchar por el título. Eso lo saben. Y a eso están acostumbrados en la última parte de la competencia.
